
Es -sigue costando no utilizar el presente- pionera del Movimiento Feminista, no solo en Valladolid, donde formó parte del Secretariado de la Mujer de CCOO, cuando Comisiones eran comisiones y obreras. Pero la huella de Mariajo también está en el Movimiento Vecinal desde su barrio, La Rondilla, y en todas y cada una de las manifestaciones sociales que han tenido lugar en Valladolid desde los últimos años de la dictadura, que combatió desde las filas del troskismo.

A pesar de todo, Mariajo no supo lo que era el desencanto. Además de verla en todas las protestas -por encima de sectarismos- era asidua a la Escuela de Verano de los Anticapi. El pasado año, cuando su salud llevaba un tiempo más que tocada, asistió a todas las sesiones. Sabía que sería la última. Dentro de unos días tu ausencia se dejará sentir en los debates, al igual que en las concentraciones de los 25 de cada mes en Fuente Dorada, o en el Ateneo Republicano, o en La Bici (al fondo) y en tantos y tantos sitios que frecuentabas y donde tu pequeña figura se hacía querida y grande.
En este triste día en que nos has dejado, solo resta pedirte perdón por hacerte protagonista involuntaria en momentos tan dolorosos para todos los que te conocimos y disfrutamos de tu amistad, entrega y generosidad, y dar un fuerte abrazo a tus tres hermanas y a tu compañero. No te olvidaremos.
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La despedida será mañana, domingo 21, a las 13.30 horas, en el Tanatorio El Salvador, donde se encuentra.
Cinco emblemáticas mujeres del feminismo vallisoletano recuerdan la historia de este movimiento
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