
Con una sonora y vistosa concentración los trabajadores de 'Dulciora' han retomado las movilizaciones para impedir que la multinacional norteamericana cierre la fábrica de Valladolid y su plantilla pase a engrosar las listas del paro.
"Esto es muy duro se cierra mi futuro", "No al cierre de Dulciora", "Una venta es la solución", "Pucela escucha estamos en la lucha".. . han gritado hasta desgañitarse los trabajadores de Dulciora, concentrados durante casi dos horas en Fuente Dorada. A la protesta se han sumado representantes de todos los grupos políticos del Ayuntamiento, con el alcalde, Óscar Puente, y algún miembro del PP en la Diputación.
Son 185 puestos fijos, y un número indeterminado de contratos eventuales, los que están en juego. El Plan 2014-2020 de la multinacional Mondeléz contempla el cierre de la mitad de sus fábricas, entre ellas la de Valladolid.
"Hoy hemos vuelto a la carga. No queremos hablar de despidos", manifestó Belén Bueno, portavoz del Comité de Empresa de Dulciora. Sin embargo, la asamblea de trabajadores ha aprobado el que se escuche la oferta de la empresa.

"Seguimos por abrir la posibilidad de una venta. Nos consta que algún empresario ha pedido datos. Veremos qué dice el plan social pero nosotros no tenemos ninguna prisa", asegura la sindicalista.
Belén Bueno es consciente de que "la empresa cuenta con un equipo enorme de abogados y asesores" [Garrigues una vez más está detrás del asesoramiento de esta pretendida deslocalización].
La mayoría de los trabajadores lucían camisetas, gorras, chapas, globos... en contra del cierre. Al colorido se han sumado los pitos y bocinas, que han convertido la protesta en una de las más ruidosas, y que ha finalizado con una gran pitada y suelta colectiva de globos de color morado con la leyenda: "Dulciora no se cierra".
Como en ocasiones anteriores, los trabajadores han repartido algunos de los gustosos productos que fabrican, con los que han intentado endulzar la amarga situación en que se encuentran.
El Comité de Empresa ha anunciado que continuará con las movilizaciones en octubre. "Hemos reservado el mes de septiembre para apoyar a los compañeros de Lauki, también amenazados de un cierre inminente", recordó Belén Bueno.
