
Con 24 horas de retraso -ayer era domingo- se ha celebrado hoy la misa dedicada a 'Franco y José Antonio .Caídos por Dios y por España' en la catedral de Valladolid, que ha finalizado con los 'vivas' de rigor y el canto del 'Cara al sol'; aunque era de noche, hacía frío y amenazaba lluvia.
La catedral, el principal templo de la diócesis de Valladolid, ha acogido una vez más la misa en recuerdo de Franco, fallecido el 20 de noviembre de 1975. De paso sus promotores -Hermandad Provincial de Alféreces Provisionales)- aprovechan para hacerla extensible a José Antonio, fundador de la Falange.
La larga sombra alargada del franquismo permite que un acto de este tipo -que se repite por todo el país (menos en Catalunya)- se haga con total impunidad. La misa -convocada mediante una esquela publicada en el periódico más viejo de la ciudad- reunió a unas pocas decenas de seguidores, de avanzada edad en su mayoría, y unos jovenzuelos que fueron los que más gritaron en la escalinata de la catedral.
A las 19.35 horas en punto se abrió la puerta de la catedral. No habían pasado cinco minutos e hicieron acto de presencia los primeros coches policiales. Los de la 'nacional' se estacionaron ante la fachada del templo; los de la 'local' en las esquinas de las calles Núñez de Arce y Arribas.
El goteo de personas mayores fue tan lento como el de su caminar. Hasta la hora del inicio -señalado para las 20.00 horas- accedieron a la catedral poco más de medio centenar de individuos. Sin embargo, al finalizar la ceremonia -21.15 horas- sería cerca de un centenar los congregados en la escalinata; la mayoría de los más jóvenes 'pasaron' de la misa y durante su celebración algunos permanecieron en el exterior en actitud vigilante con el apoyo de algunos no tan jóvenes, entre los que sobresalía uno por su obesidad, pelo engominado y en mangas de camisa oscura.

Hora y quince minutos de catarsis facista
"Viva Franco"; 'Viva José Antonio!'; 'Arriba España, una, grande y libre'... seguidos del 'Cara el Sol' y 'Viva el estado sindical': 'Viva, viva, viva la revolución/ viva, viva, viva Falange de las Jons/ Fuera, fuera, fuera el capital/ Viva, viva, vival el estado sindical/ Que no queremos reyes idiotas...".
Junto a los gritos se han exhibido algunas enseñas, con el escudo de 'la gallina', que para sus portadores es "el águila de San Juan, símbolo de esa España cuyo mayor tiimbre de gloria fue haberse puesto al servicio de Dios desde su nacimiento al cristianismo en el III Concilio de Toledo, salvo tristes épocas de su historia como la que hoy vivimos; es el símbolo del espiritu que animó la Reconquista; el que animó la gesta de la conquista y evangelización de América; el espíritu de Lepanto, el del 2 de Mayo, el de la Cruzada contra el marxismo y el de los 40 años del Gobierno de Francisco Franco", según las habituales intervenciones que se producen en la catedral, intercaladas con el recuerdo a fallecidos, la 'sentida' homilía y oraciones varias por los 'caídos'.
Las personas mayores han abandonado el lugar con rapidez -es un decir-; los más jóvenes han permanecido varios minutos en corrillos. Una madre, acompañada de dos niños, de unos 5 y 8 años, que lucían en su anorak un llamativo brazalete con la bandera bicolor, han sido de los primeros en ausentarse. Mientras los asistentes más recalcitrantes han acabado disolviéndose tras cuadrarse y hacer el saludo romano repetidamente mientras entonaban de nuevo el 'Cara al sol'; aunque fuera del templo era de noche, hacía frío y amenazaba lluvia.