La multiplicación de muertos inoportunos o declarados sobrantes por falta de espacio en los medios de comunicación - y no digamos en las Cancillerías responsables – alcanza cifras abrumadoras. Como en la puritita vida de los muertos, solo importan algunos. Los demás, me refiero a los sobrantes, se solapan detrás de las Ferias o los Brexits silenciosa, humildemente, como si no quisieran molestar. Y si desde la ventana de su casa, un alemán (sin nombre) dispara con una pistola de aire comprimido sobre los refugiados de un campo de acogida y causa heridas a una niña de cinco años y a un joven sirio de 18 (también sin nombre) no nos enteramos ni pasa nada pues como la policía es incapaz de determinar si existen motivaciones políticas, el maldito hijo de puta no ha sido detenido. ¡Ah! ¿Qué no les gusta esta expresión? ¡Cuánto lo siento! Un esfuerzo compañeros que enseguida acabo.

En un excelente informe publicado en InfoLibre J. I. Domínguez nos ilustra también con otros datos. A saber: que son muchos los aviones civiles de pasajeros derribados por misiles lanzados desde aviones, barcos o plataformas militares de distintos países “civilizados” sin que se haya exigido en ningún caso responsabilidad alguna a los autores del derribo”. Da también ejemplos y entre otros, la actuación (3 de Julio de 1988) del comandante William C. Rogers que al mando del crucero USS Vicennes derribó un Airbus-300 de Iran Air sobre el Estrecho de Ormuz que volaba con 290 pasajeros. O la de otro buque americano que estuvo a punto de derribar un Fokker 27 de AVIACO que cubría la línea Melilla-Malaga. O la de los dos F-4 israelíes que a sabiendas y después de comprobar que se trataba de un avión de pasajeros, derribaron un Boeing-727 de la Lybian Arab Airlines que volaba de Trípoli a Cairo.

En ninguno de estos casos –hay muchos más – hay noticias de que se exigiera responsabilidad alguna a los pilotos ni al que dio la orden de causar la muerte de todas esas personas. Es más, tampoco las hay de que se hayan tomado medidas para evitar nuevos derribos.

Eso sí, cuando un ciudadano USA de origen afgano, frustrado probablemente por no atreverse a salir del armario se lía a tiros con los que si se atrevieron a salir entonces ¡ah! entonces los media tocan a rebato, las esencias patrias y el orgullo de sangre se sulivella y entonces si, entonces se dan nombres y apellidos, se investigan los orígenes (que no digo yo que no tengan que hacerlo), las motivaciones del asesino y venga o no venga a cuento se echan responsabilidades a la saca. A la saca del terrorismo yihadista para que la gentuza como Donald/Hillary puedan apuntarse un tanto. Eso sí, de los propietarios del negocio de las armas, de los políticos cómplices que son incapaces de prohibirlas, de los inocentes muertos sobrantes, de esos… ni una palabra.

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