Acción frente a la tienda de Vodafone en la Calle Santiago. FOTOS: Gaspar Francés
Acción frente a la tienda de Vodafone en la Calle Santiago. FOTOS: Gaspar Francés

Valladolid cuenta con unos 8000 puestos de teleoperadoras -el doble que Renault- que realizan su trabajo en condiciones míseras: 18 horas semanales de jornada y 470 euros al mes, según los contratos que rigen desde el año 2014 hasta la actualidad  en Konecta, subcontrata de Vodafone, la empresa más grande del sector en la provincia.

-Buenos días, en ¿qué puedo ayudarle? Es la voz sin rostro que atiende la llamada bajo la presión de un vociferante encargado (el clásico listero) y sus esbirros, utilizados en repartir gomilas si todo va bien para la empresa. Es decir, si la llamada solicitada se realiza en un tiempo récord sin transferir a otro departamento y sin que el cliente vuelva a marcar.

Pero lo habitual es que surjan problemas:  "Esto no funciona", "Esto no va"... La respuesta será: "Pon disponible, pon disponible". O si la petición es de: "Necesito ir al baño", "¡Agua!", etc., tendrá por contestación: "Hemos pinchado en la últim hora. Tenemos que recuperar en la siguiente".

Instante de la acción realizada esta mañana. FOTO: Gaspar Francés
Instante de la acción realizada esta mañana. FOTO: Gaspar Francés

Estas son algunas de las situaciones recreadas hoy en plena calle Santiago, ante la oficina de Vodafone  por cuatro teleoperadoras con sus cascos y sentadas ante un monitor, encadenadas a sus puestos de trabajo, y a sus espaldas, sintiendo en la nuca la alitosis de un encargado con bigotito (no postizo), gafas de sol y niki rojo, color corporativo de Vodafone, situado dos banzos por encima de ellas y arreándolas sin pausa.

CGT dio visibilidad a las condiciones laborales en el sector del telemarketing con una perfomance desarrollada durante casi una hora para sorpresa de los transeúntes. La nave del polígono de San Cristóbal se había trasladado al centro de la ciudad y sus paredes habían desaparecido como por arte de magia.

Los únicos instantes de pausa que tuvieron las trabajadoras fue el tiempo que duró la visita de los inspectores de Trabajo. "¿Bajar la spantallas, bajar las pantallas!", gritó el encargado. "Viene la Inspección. Estáis descansando" (...) Ya se han ido. Continuamos".

Los días 22 y 23 de septiembre están convocados paros de 2 horas, y el 6 de octubre, huelga de 24 horas. La convocatoria es unitaria para protestar por el bloqueo de la patronal de las negociaciones colectiva (llevan 21 meses de reuniones). Esas jornadas, "la sonrisa telefónica" debe esfumarse.

La performance tuvo lugar en medio de la Calle Santiago. Foto: Gaspar Francés
La performance tuvo lugar en medio de la Calle Santiago. Foto: Gaspar Francés

"Desde hace años no se convocaban huelgas por los tres sindicatos mayoritarios del Telemarketing, pero no nos ejan otra opción, no podemos seguir trabajando sin un Convenio digno, no podemos seguir paralizados desde hace casi dos años y con unas expectativas cada vez más pesimistas. Es hora de parar, es hora de decir basta. Es el momento de mostrar a toda la sociedad que con la participación de todos los trabajadores/as en los centros de trabajo, desde abajo, somos capaces de paralizar el país dejando bloqueados los servicios donde prestamos nuestros servicios", decía la octavilla repartida por CGT durante la concentración.

"Las empresas de telefonía", continuaba la hoja, "no son las únicas afectadas. Los sectores de telemarketing son tan dispares como la energía, bancos, seguros, servicios financieros, atención al ciudadano, teleasistenci sanitaria, servicios de emergencia y muchos más".

La octavilla 'Todxs a la huelga. Trabajo precario. Teleoperadores en huelga' describía dónde desarrollan su jornada laboral: "Los teleoperadores somos personas que pasamos la mayor parte de nuestra jornada laboral en una gran sala llena de puestos de trabajo con ordenador, sentados delante de uno de ellos del que recibos y en el que introducimos informción, con un auricular y un micrófono colgado de la oreja a través de los cuales gestionamos llamadas telefónicas. Podemos llegar a atender centenares de llamadas en una jornada de trabajo".

Transeuntes miran la acción. FOTO: Gaspar Francés
Transeuntes miran la acción. FOTO: Gaspar Francés

"A los teleoperadores", añadía l hoja, "se nos exige ser personas sobradamente cualificadas y formadas, resistentes a la presión, orientadas al éxito , capaces de captar los sentimientos y necesidades de otros, de reacciones rápidas, capaces de manejar mucha información, con un vocabulario amplio, capaces de enfrentarnos a clientes muy diferentes y manejar exigencias emocionales".

"Sin embargo estamos sometidos a unas condiciones laborales pésimas, a una esclavitud laboral permitida por las empresas y por las organizaciones públicas, a unos niveles de estrés insuperables, a unos horarios insufribles, a un salario precario con el que no se puede vivir"...

La concentración se dirigió a la Plaza Mayor. Foto: Gaspar Francés
La concentración se dirigió a la Plaza Mayor. Foto: Gaspar Francés

Al final de la protesta, los participantes recogieron sus pupitres, ordenadores, cascos... y gritaron: "Vodafone me mata, Konecta me remata" y "No falta trabajo, sobra explotación". Todos iniciaron una marcha por la calle Santiago, donde se encuentra otra operadora: Valcoba, al grito de "Obrero despedido, patrón colgao"; "Huelga, huelga" y "Estamos decididos y vamos a parar". La protesta continuó en la Plaza Mayor.

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