Inés Arrimadas nos llamó fascistas. Se apropió de lo que es su partido para llamárnoslo a aquellxs que defendemos la disidencia de género, la diversidad de orientaciones sexoafectivas, de identidades sexuales y de género. El lenguaje define y crea realidades y quieren robárnoslo para deslegitimarnos.
Ni olvidamos ni perdonamos, Inés.

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