
Juana Rivas ha sido condenada a cinco años de prisión, además de tener que indemnizar al padre de sus hijos con treinta mil euros y pagar todos los gastos del juicio contra él. El juez ha decidido obviar la denuncia por supuestos malos tratos impuesta contra Francesco Arcuri por Juana Rivas a la hora de juzgarla por sustracción de menores, cuando el pasado verano decidió apartar a sus hijos de Arcuri ilegalmente durante un mes para protegerlos. El hecho de que este maltrato sea ignorado en la sentencia es un atropello más de nuestro sistema judicial patriarcal.